El problema nunca fue el quien
Uno de los temas que ha generado más debate entre los interesados en el proceso constituyente actual, es el que dice relación con el derecho a la vida.
Y es que pese a que en el pleno del Consejo Constitucional se aprobó la norma que resguarda la vida de quien está por nacer, representantes de Chile Vamos en la Comisión de Expertos la semana pasada propusieron que la redacción volviera a como está consagrado hoy en la constitución, es decir, “la ley protege la vida del que está por nacer”. Sin embargo, los comisionados de izquierda rechazaron la propuesta de cambio, por lo que el borrador mantiene, hasta el momento, la personificación del sujeto activo del derecho a la vida bajo la expresión quien.
La actitud de quienes rechazaron la modificación propuesta es una nueva manifestación de lo que realmente buscan quienes creen que es legítimo terminar con la vida de un ser humano, el más inocente, por el solo hecho de encontrarse en una etapa prematura de su desarrollo: que en Chile haya aborto libre.
Y es que el argumento que usaban para oponerse al quien tenía como eje central el hecho de que la nueva redacción podría impedir la puesta en práctica de la ley de aborto por causales, pero cuando se les presentó la opción de volver a la redacción actual -que convive con la ley 21.030-, tampoco estuvieron dispuestos a apoyar la moción. Esto muestra, una vez más, inocencia del acuerdismo y de ciertos sectores que son incapaces de comprender la verdadera posición de la izquierda en este tema, que no es otra que avanzar hacia el aborto sin causales ni plazos.
Como se dice comúnmente, la historia no se repite, pero rima. En 2017 durante etapa final de la discusión de la ley de aborto por causales, el panorama fue bastante similar. Aseguraban que sus intenciones no iban más allá que esas 3 razones, sin embargo, poco tiempo después de que se aprobara la ley, marchaban promoviendo el aborto libre.
Sincerar los discursos es fundamental para generar un debate con altura de miras. Todo ser humano es persona, por lo que es importante que la carta fundamental proteja la vida de todos, especialmente de aquellos que están por nacer. Más allá de la discusión sobre si la expresión quien anula o no la ley de aborto por causales -cuestión que se verá en sede legislativa y constitucional-, avanzar hacia una protección más sólida de la vida de cada persona es un mínimo si queremos construir una sociedad más humana.
Por Teresa Le Blanc