¿Dónde quedó el diálogo?
Hace algunos días los ministros del Trabajo, Jeannette Jara, y de Hacienda, Mario Marcel, iniciaron una gira por Chile para dialogar con los ciudadanos sobre las reformas de pensiones y tributaria.
A primera vista, un propósito noble y pedagógico. Sin embargo, nos enteramos rápidamente de que los mítines eran convocados por organizaciones afines al gobierno y los asistentes en su mayoría militantes de alguno de sus partidos e incluso autoridades en ejercicio. En este escenario, es evidente que no existe un debate real, y bien podría pensarse que solo busca reafirmar el apoyo de quienes se identifican con el proyecto de la administración actual.
Las propuestas que hacen quienes gobiernan en materias previsional y tributaria son perjudiciales para los chilenos, pero el daño se profundiza aún más cuando intentan hacer pasar encuentros con su base de apoyo por instancias que aparentan cercanía y a un gobierno en sintonía con cada una de las comunidades que visitan. En cambio, la realidad es que la ciudadanía, la misma que se pronunció con fuerza en el plebiscito y en las elecciones de mayo, no tiene interés en profundizar el camino estatista que proponen en materia de pensiones, y al parecer tampoco en impuestos.
Es momento de que se escuche y comprenda la realidad de todos los chilenos, no solo a ese 30% que sigue al presidente de forma religiosa y que desean los cambios propuestos que solo profundizarán los problemas más graves que afectan a los chilenos. Si el contenido de las reformas fuera ampliamente respaldado por la ciudadanía, estarían dispuestos a generar espacios de encuentro y diálogo con quienes no comulgan activamente con su ideología. Si el contenido de las reformas es tan bueno como sostiene, saldrían a convencer a la opinión pública que mayoritariamente se muestra escéptica o derechamente contraria a ambas reformas en los términos del gobierno. En cambio, prefieren asegurarse espacios cómodos que, a simple vista, darán a la prensa una buena foto y harán creer a la mayoría que tenemos a un gobierno dialogante.
Por Teresa Le Blanc.